El son es lo más sublime
Por: Lino Betancourt MolinaFecha: 2012-04-14Fuente: CUBARTEEl son es lo más sublime
Para Ignacio Piñeiro la música lo era todo. Desde pequeño comenzó a frecuentar los cabildos de los barrios negros de La Habana, cosa que hacía a la salida de la escuela donde cursó su primera y única enseñanza. Pero ello le bastó para aprender a componer versos. Esos contagiosos versos que luego incorporaría al son.
Primero se hizo estibador de los muelles. Allí aprendió el canto de los abakuá. Luego es carpintero y albañil, oficios que dominaba como un maestro, hasta tal punto que fue uno de los constructores del Capitolio de La Habana.
Pero la música era lo que más le atraía. Esto hizo que llegara a ser director de uno de los coros de clave más famosos de la época, Los Roncos. Es entonces que compone sus famosas décimas, y cuando la rumba alcanza fama universal Piñeiro le aporta aquella letra que vuela entre los pies de todos los rumberos.
¿Dónde estabas anoche
Que bien te busqué
Recorrí La Habana
Y no te encontré?
Luego llegaron los años veinte y con esa década entró el son a enseñorearse en los salones de baile. Suavecito y Esas no son cubanas alborotan a los amantes de ese ritmo y así entra Ignacio Piñeiro por la puerta grande de los soneros mayores. La famosa trovadora María Teresa Vera lo incorpora como contrabajista de su renombrado Septeto Occidente.
Ya es 1926 y el son es dueño absoluto de las noches habaneras. Su fama rueda por el Malecón y se va con una ola en una de esas noches de ron y de maracas hasta la playa de Marianao, la meca de los soneros cubanos. Luego con María Teresa Vera también gana y triunfa en estudios discográficos de Estados Unidos.
Cuando regresa a La Habana un año después, María Teresa le entrega su grupo de sones e Ignacio le cambia el nombre por el de Septeto Nacional. De esto hace ya 86 años y todavía la afamada agrupación musical, ahora justamente Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, anda por ahí haciendo las delicias de los buenos bailadores de Cuba y de otras partes del planeta.
El septeto continúa dando quehacer, como en 1929 cuando salió a representar a Cuba en la Feria de Sevilla donde ganó Medalla de Oro. Por cierto, en aquel viaje nació el son Suavecito... ¿que cómo fue? pues como me lo contó el propio Piñeiro:
En Sevilla conocí a una tal Carola, hermosa mujer a quien le gustaba el son de altura con sabrosura. Me inspiré en ella y compuse el son Suavecito, en cuyo montuno advierto al mundo que:
El son es lo más sublime
Para el alma divertir
Y concluyó con esta grave imprecación:
Se debería de morir
Quien por bueno no lo estime
En 1933, Piñeiro y sus muchachos viajan a Chicago. Van a otra Feria Internacional y logran igual éxito. El son arroya.
Pero llegan los años difíciles del 35. La situación no está para fiestas y deciden disolver el grupo. Desde 1935 hasta finales de 1958 Piñeiro pasa muchas penalidades. Para subsistir recurre a los más disímiles trabajos, hasta que un día una firma discográfica le propone reorganizar al Septeto para grabar un par de discos. Apremiado por la falta de dinero se reúnen y graban los sones Buey viejo y Échale salsita.
Viene el triunfo revolucionario y las cosas cambian radicalmente. Ignacio Piñeiro y sus soneros fueron incorporados al Consejo Nacional de Cultura. Comenzó entonces una etapa distinta.
Rodeados del cariño y el respeto el pueblo estos grandes de nuestra música vuelven a dar todo su impecable estilo en cada interpretación. Compositor de guaguancó, rumbas, boleros y sones inolvidables, Piñeiro ha pasado a la historia de la música cubana como el indiscutible Sonero mayor. Entre sus obras más conocidas están Suavecito, Cuatro palomas, Esas no son cubanas, Échale salsita y El edén de los roncos, obras estas que resisten el paso de los años como una legítima expresión del arte musical más autóctono y que corrientes foráneas no podrán borrar jamás de los buenos amantes de la música cubana.
V.A.
ECHALE SALSITA! ... DE CUBA
2013 @320
01. Echale salsita - Celeste Mendoza.mp3
02. Los que son y no son - Ñico Saquito con Bimbi y Su Trío Oriental.mp3
03. En casa de Pedro el cojo - Dúo Los Compadres.mp3
04. Suavecito - Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro.mp3
05. Bruca Maniguá - Abelardo Barroso y La Sensación.mp3
06. Trompeta en montuno - Alfredo 'Chocolate' Armenteros.mp3
07. A la luna de Belén - Grupo Sierra Maestra.mp3
08. Elena 'La cumbanchera' - Sexteto Habanero.mp3
09. Camina y ven - Celina González.mp3
10. Guajira guantanamera - Ramón Veloz y Coralia Fernández.mp3
11. El paso de Encarnación - Orquesta Aragón.mp3
12. Díle a Catalina - Irakere.mp3
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